lunes, 20 de julio de 2009

JACQUES VIAU RENAUD : POETA COMBATIENTE.

Poeta de una Isla y dos pueblos, nació en Haití en 1942 – 1965, siendo muy pequeño sus padres se trasladaron a vivir a Santo Domingo, República Dominicana.
Autor de un solo libro “ Permanencia del llanto”, publicado después de su muerte por el Frente Cultural de la Insurrección patriótica de abril 1965.
Es admirable saber como un joven con a penas 22 años , en esa brevedad de tiempo, pudo lograr toda la profundidad de conciencia de sus pueblos, toda la historia lastimada que le embargó y a la vez ese desarrollo ético, creativo y revolucionario. La profundidad de su texto, de sus expresiones singularmente estremecidas están cimentadas en el marco del legado cultural, poético, político de un pueblo en su lucha por ser, por no dejar de ser.
La Poesía Coreada de la Universidad Autónoma de Santo Domingo ( UASD), bajo la dirección de José Fco. Jimenez realizó un montaje como forma de rendir un nuevo y merecido homenaje al poeta combatiente Jacques viau Renaud. Tomó su libro “ Permanencia del llanto” y realiza un montaje escénico con sus textos, tejidos de la forma peculiar que les presentamos, del poema 1 al 19 se invierten, se entrecruzan y se organizan y forman un todo para la escena.
Jacques te brindamos este laurel de la inmortalidad que tu mismo fuiste tejiendo con tus versos.
PERMANENCIA DEL LLANTO
Aun transcurren los días sin que el hombre pueda contra el llanto.
Se entrecruzan palabras batidas por el viento
y el amor padece el exilio del hombre.
Los hijos mas jóvenes se lanzaron en pos de la pureza.
Los padres temieron por el pan de cada día,
han aprendido a permanecer en la abstinencia.
Ya no comprenden que la primavera es posible.
Hemos ido acumulando corazones en nuestro corazón
palabras en nuestra voz quebrada por azodones
hemos dejado huellas por todos los caminos
y algunos de nosotros ya no estamos.
Hemos ido de manos con las sombras.
Nuestro andar es un grito estacionado
por cada paso, un día que transcurre
por cada palabra, mil palabras que vocifera la prole.
Que será de nosotros después de esta larga travesía ?
En que preciso momento se separó la vida de nosotros,
en que lugar, en que recodo del camino ?
En cual de nuestras travesias se detuvo el amor para decirnos adiós?
Nada ha sido tan duro como permanecer de rodillas.
Nada ha dolido tanto a nuestro corazón
como colgar de nuestros labios la palabra de amargura.
Porque anduvimos este trecho desprovistos de abrigo?
En cual de nuestras manos se detuvo el viento para romper
nuestras venas y saborear nuestra sangre.
Ya no es necesario atar al hombre para matarlo
basta con apretar un botón y se disuelve
como montaña de sal bajo la lluvia.
Ni es necesario arguir que despreciabas el amo
basta con proclamar ceñuda la frente
que comprometía la existencia de veinte siglos.
Veinte siglos, dos mil años de combatida pureza
dos mil años de sonrisas clandestinas,
dos mil años de hartura para los príncipes.
Ya no es necesario atar al hombre para matarlo
la noche, los rincones, no nada de eso sirve ya,
plazoletas y anchas calles se prestan bulliciosas.
No cuenta el asesino con los pacientes, no cuenta el príncipe con los sumisos
todos han olvidado que el hombre es aun capaz de cólera.
Hemos padecido y habremos de padecer nuevamente,
todos los sabemos,y sabemos también que la sonrisa no es nuestra,
que nunca ha estado en nuestros labios, en nuestras manos.
Hay algún camino que conduzca a la alegría?
Hay alguna ruta desconocida?
No
Todas han sido halladas por el hombre todas conducen a la alegría.
Tengo miedo
tanto y tanto golpeado
tanto y tanto derrumbado,
hace tiempo que dura esta marcha, esta búsqueda incontrolable.
Las madres sintieron el temor por los hijos
la diestra armada esgrimió su estandarte.
Unánime, el corazón del mundo se levantaba
unánime, el llanto golpeaba las gargantas,
los hombres marchaban al encuentro con la vida.
No ha sido posible contener el llanto,
aun permanece la bestia en el trono
aun se quiebran las rodillas bajo el sol
y la prole no adivina que la morada es suya.
Callamos
nos doblegamos
y un rumor de patria que se quiebra,
de espaldas combatidas
de embra que se corrompe
nos golpea
todo ha sido falseado por los hombres de odio abundante
todo ha sido traducido en llanto.
Que ha sido del hombre?
Que ha sido de la vida en esta tierra?
Nada ha permanecido tanto como el llanto
Que ha sido del hombre?
Que ha sido de su morada y de su prole?
Unánime el corazón del mundo se levantaba,
tocaba las cimas.
La diestra armada esgrimía su estandarte ,
esgrime,
golpeaba,
golpea,
la vida se precipita.
Que los hambrientos comprendan que la vida les pertenece
que el callado plañidor de las calles
edifique con lo que nunca sus manos han tocado,
que el viento socave el armazón del llanto.
Es preciso que el silencio deje de secundar nuestra voz
que las sombras depongan su hostil armadura ante la vida.
Milenarias voces fatigadas levantaban un clamor
toda la genealogía de la tristeza combatía por la pureza
muchos antes que nosotros empujaron la barca
otros después de nosotros continuaran empujándola.
No hemos sido los primeros,
no seremos los últimos ciertamente,
pero somos lo que del hombre no ha cesado de ser.
Los niños apretujaban su inabordable tristeza,
sus rostros domeñaban los corceles,
mas la maquina arremetía
como reconquistar la vida para el hombre?
Toda la adolescencia de la tierra concurría al
encuentro con la vida.
Y un olor a pureza machacada abundaba en el viento.
No habido tregua, toda la prole acaricio la sangre
en los rostros amigos que apetecían la vida.
Nada ha dolido tanto como el llanto,
hemos sido testigos del esfuerzo de unos brazos
del hombre que mordiera el pavimento gritando la
palabra redentora.
El hombre no ha nacido para morder el polvo,
ni para silenciar la palabra
no ha nacido para contemplar el llanto,
sino para hacerlo grito,
arma que rompa los muros del dolor
difundido.
Habrá que buscar fabricantes de la muerte,
habrá que golpear aunque sea sin manos.
Gritar aunque sea sin voz contra los que difunden el llanto
y guardan la sonrisa.
El hombre no ha podido reír, le ha tocado tan solo morder el polvo.
Mirad el corazón del hombre, es un puñado de sangre bajo el cielo
mirad el corazón del hombre, es una estrella postrada
sobre su propia sombra.
Miradlo, es una lágrima que corre sobre railes enmohecidos
mirad el corazón del hombre, es nudo de ira atrapado por la sangre.
Hombre, he aquí tu rostro
Mujer, he aquí tu carne
Joven corajudo, he aquí tu tumba recién cavada.
Oh, pobre muchacho, no dejaste tu semen frutecido en la tierra:
no te dieron tiempo, pero no importa ...
Yo me declaro tu hijo y en tu nombre elevaré mi voz
porque en mi nombre sellaron tus labios.
Dulce la tierra que protege la disgregada muchedumbre
de celulas que tu animaste y por sendero marcado por
los globulos edifica pesados silenciospara los que aun peramanecen.
Ahora no se donde encontrarte, si en la luminosa trayectoria
de las lunas dormidas o ern la impenetrable dureza de las sombras.
Quizas hayas deajado recuerdo hecho piedra donde puedan mis
manos de tiempo en tiempo acariciarte el rostro anochecido.
Porque hubo llanto en tu vida?
Tus ojos y carne chorreaban lagrimones como para ahogar
muchedumbre, como para lavar al mundo
Cada lagrima tuya abria nichos en la tierra, soles terrenales
fragmentaban voces de recobrada dulzura.
Escuchad, amigo lo que mi corazon proclama en silencio,
que recopila recuerdos y anuda miles de voces ?
Escuchad este clamor hombre de testa sombria
donde crecen flores y plantas oscuras, donde la savia
reconstruye la trayectoria de la sangre.
Escuchad amigo mio, de esta permanencia de luces y sombras,
de combates que nunca se deciden, de ideas y retornos
de este lento trascurso de sollozos del recobrado clamor de
los hombres, todos reclamados para discutir tu palabra,
levantar osamentas y cavar fosas para nuestros muertos grandes?
Escucha, debes escuchar, es tuyuo este silencio que subleva ruidos,
que adormece desde nuestra manos naciendo.
Tuyo estos corazones que albergan la herencia,
tuya esta permanencia del coraje,tuyo todos estos brazos y
piernas y bocas y ojos que quieren multiplicarte, que quieren reconstruirte,
recobrarte con lagrimas y palabras y quejidos .
Escucha, debes escuchar desde tu momento de enmudecido
pregonero inalterable, presencia de las sombras.
Escucha lo que de ti guardaron ecos, lo que de nosotros no pudiste llevarte.
No volveras, no, no volveras
No retorna el viento con las palabras pronunciadas, esta mudado,
mudado de belleza, mudado de tristeza, en definitiva permanencia
de los siglos establecidos.
Quien predijo que los hijos de la tierra rencor anidarian en el corazon ?
Quien supuso la existencia del moho cunando fuimos congregados
para hablar del amor?
Quien predijo, pero quien, el nacimiento de estos hombres
a la pura permanencia en pleno dia, ante todos nosotros que ahora
sollozamos, ante todo nosotros que ahora nos interrogamos ?
Escucha, debes escuchar,amigo, hermano, camarada de la dura
jornada , es tuyo este clamor de hombres mudos gesticulando,
de mujeres vendadas difundiendo ternuras, de lamparas sin gas
parcelando la luz.
Aqui hace tiempo la vida viene mutilandose
se escuda en las cunas
padece en los hospitales
Y se va repitiendo. Se marcha. Retorna. Avanza .
Prostitutas hermosas como caracoles abundan en la calles.
Vagos que acechan el paso de la pureza.
En los palacios, en las asambleas, corazones muertos
proclaman la necesidad del silencio.
Nada habremos de aprender de los lictores que enmudecen.
Nada arrancaremos a los hombres de frac
que no sean rosas muertas.
Como lenvantar los muertos en una insurreccion de sombras
en contra de la muerte?
Como edificar la vida en estas latitudes del odio?
Se dilata la urbe y la alegria se contrae.
La ciudad esta desnuda , desnuda de palabras,
desnuda de hombres con vigor en la venas.
Abundan cazadoras nocturnas y vagos sin ley mi palabra.
Ah! y niños que deambulan asombrados
cabecitas despeinadas aprendiendo la noche,
preguntando a los ancianos el nombre de las constealaciones,
miradas dulce como de estanque,
sin larvas ni musgo,sin naufragios.
Todo esto por las calles.
La vida, el cieno, la pureza.
Entonces ...que nadie alegue ignorancia.
El hombre estuvo a nuestro lado con su grito a cuestas.
Los que no vieron que padezcan por no haber visto.
Los que no escucharon que padezcan por no haber escuchado.
Los que no han padecido que padezcan por no haber padecido.
Adviene el tiempo de la siembra, es preciso limpiar
la tierra de la cizaña.
Hablo del abastimiento que se cumple en nosotros,
de lo que no ha sido por culpa de nuestro silencio, de lo que
ha muerto porque nuestro corazon no quiso emprender la marcha.
Hablo ahora para todos del agobio que se cumple en el abatimiento
de la luz en la morada del hombre.
Nos encerramos en nuestra anatomia, tapamos nuestros poros
para que ni el aire saboreara el poco de luz heredado.
Hemos pagado caro nuestro miedo de morir.
Hemos pagado caro nuestro derecho de estar solos,
a o sentir y a no ver, a no escuchar siquiera.
Hoy cuando en nosotros se cumple la quebradura del canto
aprendemos lo que cuesta abandonar al hombre.
No supimos ser comensales del fuego y hemos sido
comensales del llanto.
Hemos pagado caro nuestro orgullo
ya no son mas que sombra y polvo los que establecieron
la posibilidad del canto.
Hemos pagado caro nuero miedo de morir.
Ganamos una muerte mas dura que la tumba.
Crecemos abatiendo corazones y a medida que
nos alejamos de los lugares comunes,
crece la herida que heredamos de nuestros padres
y de aquellos que no fueron nuestro padre.
Ahora debemos levantar la lumbre con nuestras manos
hechas para quemarse, derrumbar las alambradas hechas para
dividirnos y devolver al niño su palabra de niño, su juguets de niño :
Nada de acorazados infantiles, ni de espaldas reducidas.
Flores para su frente y colorespara burlar el sol y cantos y sonrisas
para que las difundan, para que disminuya la fatiga del padre,
para que contenga la lagrima de la madre que hila.
Nada poseemos y sin embargo podemos modelar.
Hombres, vuestras manos tiznadas de negro carbon humanizado,
golpea la dureza del tiempo trascurrido.
Hombre hay rumor de quebradura en los huesos,
polvo naciendo en nuestro cuerpo,
de nuestro cuerpo como de sumergida sal.
Hombres dejad vuestros nombres en el libro del llanto
derribad las piramides levantadas con sangre,
negad con las manos tiznadas, con la palabra conbatida
antes de que el polvo se desprenda del corazon.
El viento apaga las ascuas de nuetro cuerpo,
revienta nuestros labios,
arranca nuetro pelo hebra tras hebra, y las va juntando,
y las va atando hasta hilvanar una larga palabra
que entumece los oidos.
Aun hay tiempo de decir la palabra ...
Hombre apresurate
asume la herencia sin temor, levantate.
Di la palalabra, hazte ciudadano del mundo,
asume su dolor, su llanto, sé sufragante de su estatura,
aun hay tiempo, di la palabra : Que los hambrientos comprendan que la vida les pertenece.
Que el callado plañidor de las calles edifique con lo que nunca sus manos han tocado.
Que el viento socave el armazon del llanto.

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